domingo, 24 de octubre de 2010

La grandeza de las pequeñas cosas


Esta tarde me apetecía darme una vueltecica con la moto que no la había cogido en todo el fin de semana, pero no tenía el casco bueno a mano y me he puesto ese casco que tenemos todos para callejear, dejarlo en el suelo sin miedo y si se nos cae no nos importa.
El tema es que al salir a la carretera me entraba aire por todos lados y casi me sale disparado el casco y me he dicho, pues nada, a la Virgen de los Santos y despacico a "fumarme un cigarro" como una noche me enseñó el Caballero de Cuadros. Lo del cigarro es lo de menos porque él no fuma, lo importante es rodar.


Y estando allí me he dado cuenta de algo, no es necesario montarse una ruta de 500 kms para disfrutar de la moto.
Sentado en el petril fumando un cigarro, disfrutando del sol tardío y de las vistas que normalmente pasamos desapercibidas. Dándole vueltas a la cabeza...
Yo me he criado en este cerro "escalando" entre peñones (y no nos pasaba nada) conozco todos los recovecos y escondites posibles, seguramente todavía quedan los restos de lo que era nuestra caseta (mía y de mis primos) hecha a base de puertas de madera viejas y plásticos, en la que hacíamos fuegos (y no pasaba nada) comíamos cantimpalo y choped asados a fuego (y no nos pasaba nada), íbamos a buscar espárragos andando a montes que ahora los veo y aparte de estar a tomar por culo (como podríamos) están rodeados de una alhambrada, discutíamos y hacíamos las paces :)
Miro y no veo la alameda que un día nos daba sombra los días de romería.
Hago oído y escucho además de a los pájaros de siempre -esto no ha cambiado-, a gente discutiendo por quien paga y quien no paga el recibo de la Hermandad de la Virgen de los Santos -esto tampoco ha cambiado-.
Escribiendo esto me vienen a la cabeza recuerdos de mi padre, multitud de historias y anécdotas que darían para un libro, además de hacer mucha fuerza para que no se me salten las lágrimas, sin querer yo nada de eso.

En fin eso es la belleza de las pequeñas cosas. En esta foto se suponía que me iba a ver reflejado, pero no. Ya iré aprendiendo en esto de las autofotos XD.

Nos vemox.


3 comentarios:

  1. Toda la razón tío, cuando uno se encuentra a gusto con su vida y agradecido a quien te ha enseñado, las pequeñas cosas son las que nos hacen sentir muy bien. Alguna vez he pensado que no cambiaría una rutita en solitario por el más largo de los viajes...

    Un abrazo.

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  2. Que bueno Ricardo. Tu lo haces en el cerro de la Virgen de los Santos y yo lo hago en el cerro de la chimenea "cuadrá". Hay sentaico en tu piedra de siempre, sintiendo el aire en la cara, ensimismado en tus cosas y recordando. Me siento identificado contigo.

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  3. Y me encuentro agradecido y a gusto Freebird y las rutitas en solitario vienen, pero que muy bien para pensar un poquito que no viene mal de vez en cuando. Un saludo.

    Hombre Ramón!! otro que le van las dos ruedas, pero sin motor, es bueno tener un rinconcico para uno eh? Nos vemos por la capi.

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